





TESTIMONIO PROFESIONAL
Es inspirador pensar en la universalidad y el alcance positivo de nuestro imaginar profesional y, si bien su etimología refiere, ni más ni menos, al “Capo de los Artes”; como originalmente diseñabamos complejas y desafiantes cubiertas; en italiano ARCHITETTO significa “Arcos y Techo”.
Los Mecenas se extinguieron hace siglos y el mercado profesional doméstico de hoy requiere la inserción en una industria sistematizada, multidireccional, analítica, competitiva y tecnológica; junto al diferencial particular y sensorial del diseño; en un marco épico, ético y empeñado.
Sabemos que en algún punto de la historia no existía el proyecto como lo conocemos hoy; pero luego surgió la planificación detallada llevada a un formato para comunicar a los demás.
Dentro de nuestro obrar polifacético y ordinario de hoy, a veces nuestra labor conlleva ambas prácticas sopesadas con idéntica sensibilidad y pericia; donde lo analítico muchas veces convive con lo repentino.
NUESTRO ESTUDIO PROFESIONAL
Nuestro espacio de desarrollo profesional es una oficina, un taller, un gabinete, un laboratorio o simplemente un recinto de intercambio de pensamientos, ocurrencias y disputas; muchas veces real y muchas otras virtual.
No es un lugar de reflexión permanente sino de inflexión diaria, porqué abordamos la práctica concreta, involucrada y persistente del día a día. Esencialmente formamos un” PYME: Pequeño y Mediano Estudio con 28 años de trabajo ininterrumpido que, en el presente, cuenta con 30.000 M2. en distintos grados de desarrollo desde proyectos aprobados a obras en distintos grados de ejecución. En nuestro historial, registramos 78.000 M2. construidos y más de 30.000 M2. proyectados: No es poco.
Somos un grupo silencioso e inmerso de lleno en la compleja realidad de nuestro rabioso mercado laboral el cual, con fatiga, dedicación y continuidad, defiende la praxis profesional bajada a la calle; con multiples encargos programáticos, diversas escalas de intervención y con especial acento en la propiedad horizontal.
Militamos el rol multidisciplinar del Arquitecto; como el factótum consuetudinario de orquestar la totalidad del resultado de un emprendimiento que, en gran medida es un importante reconocimiento a la dimension globalizadora de la praxis abarcativa del proyecto arquitectónico aplicado.
Nuestro único mérito es el trabajo apasionado, abnegado y cercano al cliente y a la compleja madeja que nos interpone el Estado y el Mercado; que nos permite un desarrollo profesional satisfactorio y creciente; aún en complejas coyunturas.
Si bien con claridad, e involuntariamente aunque por incapacidad propia; no pertenecemos a la elite de colegas que son la esencia pura de nuestra exquisita profesión; nuestra misión promotora es la de aquella ignota Abeja Obrera cuya labor es tan esencial e irreemplazable como desapercibida para la existencia de una colmena de 3000 arquitectos rosarinos creando en movimiento y cuyo destino es hacer una ciudad más ciudadana.
Por esto, lejos estamos de ser el Estudio número uno de la ciudad pero, con propuestas adecuadas y atenta gestión, en ocasiones llegamos primero:
1 - Primer Edificio en altura de Fisherton.
2 - Primer Edificio Residencial con Planta de Tratamiento propia.
3 - Primer Edificio doble frentista del Nuevo Plan de Detalle Pichincha.

Nuestro Estudio
NUESTRO ESTUDIO VOCACIONAL
Siempre retornamos a nuestra esencia, y nunca nos alejamos al sueño del Estudiante de Arquitectura que vive en nosotros. Es por ello que nuestro rasgo distintivo se expresa en un espacio de trabajo caótico, desordenado, primitivo y motivador; donde en cada jornada nos recuerda que el ejercicio de la profesional no es más importante que la reafirmacion vocacional.
Como en las entregas de la Facultad, si es necesario, no dormimos y todos hacemos todo en un esquema horizontal de permanente ida y vuelta. También como en la Facultad; nadie es Líder, ni mucho menos, Jefe; y el objetivo y la labor están por encima de una organizacion jerárquica: Amamos hacer.
“Me declaro afortunado sin fortuna, un privilegiado absoluto por vivir en mi profesión del honor del honorario; desarrollando y dirigiendo proyectos con vocación, entrega y pasión; fatiga y alegría. No busco “hacerme un nombre” por que tengo apellido, ni “hacer carrera” porque lo nuestro es una maratón de fondo.
El Arq. Scarpin nació conmigo y no morirá ni un día antes ni un día después que yo”.

